No es nada nuevo que la natación sea uno de los deportes más completos y la primera de las actividades que se puede empezar a practicar. De hecho, los más pequeños disfrutan de los increíbles beneficios de moverse por las aguas de una piscina, hasta el punto en que los bebés pueden hacer natación junto a sus padres incluso antes de gatear y andar. Sin embargo, no se trata, en este caso, de aprender a nadar, pues el aparato locomotor no está preparado y desarrollado para ello hasta los cuatro o cinco años de edad.
La matronatación consiste en una actividad de estimulación acuática a través de juegos y ejercicios de aprendizaje que se practica con el padre o la madre con el principal objetivo de estrechar el vínculo afectivo y de confianza entre el niño y sus progenitores. La ayuda de estos, por tanto, es fundamental para que el pequeño se mueva por el agua, flote y haga frente a los posibles miedos que surjan.
La natación para bebés se debe empezar cuando el niño tiene menos de un año de edad, ya que la adaptación es más fácil, especialmente por haber pasado nueve meses en un espacio que poco se diferencia de la zona acuática de una piscina. No obstante, los expertos recomiendan empezar la matronatación a partir de los cuatro meses, momento en que el sistema inmunológico ya ha madurado y, por consiguiente, existe menos riesgo de resfriarse o contraer infecciones como la otitis.
Las sesiones suelen durar entre 30 y 45 minutos y, según el fisioterapeuta Antonio Bretones, la temperatura del agua ha de rondar los 32 grados centígrados por el menor grosor de la piel de los pequeños. Asimismo, el nivel de cloración del agua debe situarse entre el 0,5 y 0,6%, al tiempo que la zona de baño tiene que estar bien tratada y desinfectada para evitar el contagio de algunas enfermedades. Finalmente, no sólo es la piscina aquello que ha de estar climatizado, sino también los sanitarios y la zona de vestuarios donde los padres cambian a los bebés.
Los beneficios de la matronatación
Las ventajas de la natación para bebés repercuten en el estado físico del niño, pero también en su salud emocional y su desarrollo social, sobre todo por el indispensable papel de los padres. En ese sentido, los beneficios de esta actividad son los siguientes:
1- Fortalecimiento del vínculo afectivo y cognitivo con los padres. El niño comparte situaciones divertidas y lúdicas con sus progenitores, que no se pueden producir de otra manera. Lo hace, además, desde edades muy tempranas (apenas meses). El pequeño, aunque no lo parezca, interioriza cada momento y se facilita el conocimiento mutuo y el amor entre la familia. Asimismo, el recién nacido deposita toda la confianza en los mayores para hacer los movimientos de cada ejercicio.
2- Mayor relajación y seguridad del bebé. El agua tiene propiedades relajantes y antiestresantes que permiten, después de una sesión de matronatación, que el niño duerma mejor, esté de buen humor y, además, tenga mayor apetito tras 30 minutos sin dejar de moverse. Respecto a la seguridad, dicha natación permite una adaptación más fácil al entorno que le rodea.
3- Desarrollo psicomotor. El pequeño no sabe andar, pero moverse en el agua es una oportunidad magnífica para empezar a hacerlo tridimensionalmente sin necesidad de esperar a que dé los primeros pasos. Asimismo, los expertos explican que el medio acuático tiene más posibilidades de movimiento que el terrestre, condición que enriquece el mencionado desarrollo psicomotor porque el pequeño toma noción de las distancias y progresa su coordinación.
4- Mejora y crecimiento del aparato locomotor. Las condiciones explicadas se traducen también en una mayor movilidad y rendimiento muscular, por lo que se favorece el desarrollo del aparato locomotor.
5- Refuerzo de los sistemas cardiorrespiratorio e inmunológico. La natación, según el fisioterapeuta Bretones, ayuda a fortalecer el corazón y los pulmones, ya que la respiración en el agua incrementa la eficiencia en la oxigenación y el traslado de la sangre. Asimismo, también crecen las defensas del recién nacido.
6- Aumento de la inteligencia. La matronatación desarrolla mayor percepción del mundo y creatividad, estimula la capacidad de juego e incrementa la de concentración hasta el punto de que muchos estudios han demostrado que estos aspectos influyen en el aprendizaje del futuro.
7- Socialización. El pequeño no está únicamente con sus padres, sino que también entra en contacto con otros niños y, por tanto, convive con ellos, se relaciona, se comunica, aprende a compartir y se desarrolla en un grupo.
Matronatación: ejercicios básicos
El primer paso antes de empezar con la actividad es acostumbrar al niño al agua. Por tanto, el truco está en comenzar, poco a poco, a mojar su cuerpo hasta introducirlo finalmente en la piscina. Además, si el bebé es muy pequeño, su cabeza debe estar apoyada sobre el hombro de la madre o del padre con el objetivo de ganar confianza. El ejercicio, en este caso, es dejar que él mueva las piernas al tiempo que los mayores lo arrastran por el agua. De esa manera siente el movimiento del agua, se relaja y aprende a flotar.
Cuando el bebé es capaz de aguantar en horizontal, el ejercicio puede complicarse un poco para iniciar las sumersiones. Para ello, los padres deben coger al pequeño de las axilas y empezar a meterlo en el agua: primero, hasta la barbilla; después, hasta el labio inferior, y así sucesivamente hasta lograrlo por completo. En esta línea, es importante que el pequeño siempre esté sujeto a uno de los progenitores para tener confianza y poder completar la actividad.
Otros ejercicios de matronatación también incluyen material auxiliar, como churros o colchonetas, para flotar y su finalidad es estimular, sobre todo, el movimiento y la capacidad de reacción del recién nacido. Y es que las tablas más avanzadas de natación para bebés se centran en las extremidades después de controlar la sumersión.
Matronatación en Marjal Campings & Resorts
El gimnasio de Marjal Costa Blanca Camping & Resort cuenta con dos piscinas climatizadas. Una de ellas, de 25 metros, es semiolímpica, pero la otra tiene un tamaño más reducido y, tan solo, 50 centímetros de profundidad. Por este motivo, los monitores especialistas se encargan de impartir clases de matronatación a partir de cinco meses en las instalaciones de este resort.
Los profesores están preparados y, por supuesto, acostumbrados a trabajar con madres que, desde recién nacidos, traen aquí a sus pequeños para vivir un momento muy especial hasta en sus vacaciones. Unas clases que, por cierto, tienen una gran acogida, sobre todo por la calidad de las instalaciones en las que se desarrollan, pues las piscinas y sanitarios cumplen todos los requisitos que exige la salud de mayores y pequeños. ¡Una oportunidad extraordinaria para tener un rato de intimidad con tu niño en tus días de descanso!