La preocupante cuesta de enero está a la vuelta de la esquina. Los gastos propios de estas fechas, que están a dos días de poner punto final, se han marchado en regalos, cenas, planes, escapadas o aguinaldos. El bolsillo de muchos, en consecuencia, se ha visto resentido, al tiempo que el presupuesto mensual se ha descuadrado. La solución pasa por apretarse el cinturón en los próximos días.
A pesar de ello, un estudio elaborado por el Instituto Aviva pone de manifiesto que los españoles se preocupan por ahorrar entre un 5% y un 30% de sus ingresos para responder ante los desembolsos imprevistos, cifras que corresponden a 2016 y que representan un crecimiento respecto a 2015. La intención, por tanto, está clara: guardar más dinero cada año. Sin embargo, esta tendencia no es garantía suficiente para poder hacer frente, sin problemas, a la cuesta de enero.
La Navidad deja una situación complicada que obliga, en muchas ocasiones, a gastar una parte de las reservas económicas para sanar deudas, pagar facturas y responder ante las novedades fiscales. Por este motivo, hemos elaborado una lista con los mejores consejos para ahorrar con la finalidad de que puedas guardar, con facilidad, una parte de tu dinero sin preocuparte por los compromisos que reclama la cuesta de enero. ¡Saca la libreta y toma nota de todos ellos!
1-Apunta todos tus gastos. No puedes ahorrar si no conoces en qué se te va el dinero. Para saberlo, lo mejor es registrar todos los gastos de un mes, desde los más importantes hasta los más triviales. El alquiler o hipoteca, la cesta de la compra, el café, el periódico y todo lo que pagues ha de quedar escrito en ese documento. Una vez finalizado, tienes que dividir los resultados por categorías y decidir cuáles de ellos son imprescindibles y cuáles se pueden eludir. Estos últimos gastos son, por descontado, innecesarios y dejarlos a un lado puede traducirse en un ahorro importante.
2-Determina un presupuesto. Cuando ya conoces tus desembolsos mensuales, es momento de fijar un presupuesto en el que se definan los ingresos y, únicamente, los gastos esenciales, sobre todo aquellos que tienen cierta periodicidad. A partir de entonces, puedes establecer un porcentaje de ahorro, en función de lo que ganas y lo que pierdes, que debes guardar cada 30 días.
3-Planifica, planifica y planifica. ¿Quieres ahorrar? ¡No puedes hacerlo sin una buena organización! En ese sentido, debes comenzar por decidir cuál es el objetivo, que puede ser de muy distintos tipos: crear un fondo de emergencia, planear unas grandes vacaciones en familia, comprar un coche, guardar para la jubilación o la educación universitaria de los peques… De acuerdo al fin deseado, has de pensar la cantidad de tus ingresos que irá destinada al ahorro y, por supuesto, reflejarla en el presupuesto. La cifra ideal ronda entre el 10% y el 15% de lo que ganas.
4-Abre una cuenta de ahorro. Crear una cuenta de estas características y programar que, cada mes, una parte de tus ingresos se guarde en ella de manera automática es una manera segura de almacenar dinero sin que tu fuerza de voluntad ponga en peligro los planes de ahorro ante tentaciones del mercado.
5-Compara precios. Si quieres comprar un producto que lo venden en diferentes tiendas y lo fabrican distintas marcas, contrasta los importes de cada uno de ellos para hacerte con el más económico en relación calidad-precio. Para ello, puedes consultar a familiares o amigos o, directamente, pasarte por algún comparador de precios. ¡Las oportunidades y las ofertas no se pueden escapar!
6-Disminuye los gastos domésticos. El agua y la luz son las protagonistas. Para reducir el importe de las facturas, basta con algunos sencillos trucos, como cerrar todas ventanas en invierno para no encender la calefacción, ajustar el termostato a una temperatura prudencial, apagar las luces que no se utilicen, no dejar los dispositivos en standby, cerrar el grifo cuando te enjabonas o cepillas los dientes… Estos son pequeños gestos que, a largo plazo, se traducen en un ahorro importante.
Además, respecto a la cesta de la compra, es una buena idea confeccionar un menú semanal para huir de caprichos y comprar sólo los productos que son necesarios. Acudir al supermercado sin hambre es también un factor muy importante.
7-Usa la clásica técnica de la hucha. Sí, hablamos del famoso cerdito que no se puede abrir si no se rompe. En él, puedes ir metiendo todas aquellas monedas que sobran de las compras, o bien insertar una cantidad fija cada semana. Cuando la hucha está llena, hay que golpearla para contar todo el dinero. ¡Te sorprenderás!
8-Evita las tentaciones y los caprichos. Los impulsos de consumo son el gran enemigo del ahorro, porque esos gastos triviales (y no previstos) son capaces de alterar el presupuesto que has determinado para la consecución de un objetivo. En esta línea, es recomendable esperar a final de mes para comprobar si puedes, o no, permitírtelo.
9-Acaba con las deudas. Liquidar éstas permite finiquitar una serie de gastos obligatorios y, en ocasiones, periódicos que, si se eliminan, pueden destinarse al ahorro. Las tarjetas de crédito, los préstamos o cualquier otra deuda pequeña (no hablamos, como es obvio, de una hipoteca) han de pagarse tan pronto como sea posible.
10-Aprovéchate de las ofertas. Enero es tiempo de rebajas, pero no hay que sucumbir a toda clase de descuentos, pues algunos contribuyen a gastos insignificantes que, poco a poco, reducen y alteran el presupuesto.
Sólo unos pocos merecen, en realidad, la pena. ¿Un ejemplo? La oferta especial de ahorro que Marjal Campings & Resorts lanza del 8 al 29 de enero. Consiste, sin ir más lejos, en un fin de semana en uno de nuestros bungalows para toda la familia por ¡120 euros! Es una gran oportunidad para disfrutar de una escapada con los tuyos sin descuadrar mucho tu planificación mensual. ¿Te apuntas? Pincha aquí para más información.
Estos consejos para ahorrar son muy útiles, aunque el resto depende de ti. Y es que la fuerza de voluntad de cada uno es fundamental para conseguir que el proceso sea un éxito. Todo empieza por un “quiero ahorrar”, pero eres tú el único que, de verdad, puede determinar si la historia tiene un final feliz.