Está rodeado de dunas de arena y es pequeño, pero encantador. Pasear, siempre que se pueda, por sus muelles flotantes, conocer marineros venidos desde otros lugares y observar las embarcaciones es un grato entretenimiento.
Al estar en uno de los extremos de Guardamar, es un punto de referencia para deportistas corredores, en bici o que simplemente pasean por la zona, por lo que el ambiente suele ser animado. Y si te apetece relajarte mirando el mar y los barcos, hay un chiringito.
Además, tiene 2 kilómetros del nuevo cauce del Segura navegables para pequeñas embarcaciones, lo que posibilita la práctica sin riesgo de los deportes acuáticos.
Durante los meses de verano, el puerto ofrece el aprendizaje y la práctica de deportes náuticos: vela, windsurf, esquí náutico, submarinismo, piragüismo o motonáutica.
Imagen con licencia Creative Commons del álbum en Flickr de Juan Diego.